La soja, además de los nutrientes antes descritos, contiene
en su proteína unas sustancias llamadas isoflavonas (genisteína, daidzeína,
gliceteína) que presentan una estructura química parecida a la de los
estrógenos femeninos y que resultan muy útiles para aliviar los síntomas de la
menopausia como las sofocaciones, favorecer la salud cardiovascular al ayudar a
controlar el colesterol y que pueden ser un buen tratamiento complementario
para la prevención de osteoporosis. La acción de las isoflavonas se estudió
después de constatar que las mujeres de países asiáticos como Japón y China,
donde el consumo de alimentos de soja forma parte importante de su dieta
diaria, presentan una menor incidencia de trastornos relacionados con la menopausia.
El hecho de que no eran la raza ni la situación geográfica los factores
determinantes se comprobó en un estudio, realizado en Estados Unidos, entre las
mujeres de población asiática, donde se vio que las que conservaban sus hábitos
alimenticios de origen seguían presentando menor incidencia de trastornos en la
menopausia, mientras que aquéllas que se habían adaptado a la dieta americana
presentaban la misma incidencia que el resto de mujeres estadounidenses.
Otro componente útil de la soja es la lecitina, que resulta
de utilidad como complemento de los tratamientos para bajar los niveles de
colesterol. La lecitina se encuentra en la parte grasa de la soja y no en la
proteína como sucede con las isoflavonas.
Cómo tomarlo
Las isoflavonas de soja pueden integrarse en el organismo a
través de la alimentación. Productos a base de proteína de soja, como la propia
legumbre, la leche o el tofu, pueden aportar cantidades significativas de
isoflavonas. Otras legumbres como los garbanzos, los guisantes y las judías
también aportan isoflavonas, aunque en menor cantidad. Sin embargo, las mujeres
occidentales para obtener una cantidad de isoflavonas equivalente a las
asiáticas a través de la dieta tendrían que cambiar por completo su forma de
alimentarse, lo cual tampoco resultaría útil pues, por ejemplo, la dieta
mediterránea constituye una dieta muy saludable que promueve la salud a nivel
global. Sin embargo, puede ser saludable incorporar a la dieta mediterránea
habitual ciertos productos derivados de la soja, aunque se hace difícil
calcular la cantidad de isoflavonas que pueden aportarse diariamente de esta
manera y se necesita un mínimo para obtener sus beneficios.
Cuando se trata de prevenir o paliar los síntomas de la
menopausia es más útil administrarla en forma de cápsulas de extractos
estandarizados en isoflavonas, ya que de esta forma se asegura un consumo
constante y homogéneo de las cantidades necesarias para que sean eficaces. Se
calcula que las dosis eficaces son las equivalentes a 40 a 80 mg de isoflavonas
diarios.
Isoflavonas y flora bacteriana
Para que las isoflavonas sean eficaces, tanto si se obtienen
a través de la dieta o de extractos estandarizados, deben ser transformadas en
sustancias activas a través de la flora bacteriana, por ello mujeres con mala
flora bacteriana son “malas metabolizadoras” y en ellas los productos con
isoflavonas resultan poco eficaces. Esto, sin embargo, puede revertirse tomando
simbióticos, es decir, productos con probióticos y prebióticos que ayudan a
recuperar la flora bacteriana. El aporte de fibra tiene también una acción
beneficiosa sobre la flora bacteriana, por lo que se recomienda una
alimentación rica en fibra.
Se recomienda tomar los productos a base de isoflavonas con
una comida, para favorecer su metabolismo.
Contraindicaciones e interacciones
Debido a que su estructura química es parecida a la de los
estrógenos, en la menopausia no deben tomarse productos a base de extractos
ricos en isoflavonas junto con Tratamiento Hormonal Sustitutivo. Tampoco deben
tomarse en caso de tratamiento con los medicamentos de tratamiento de cánceres
hormonales (como el de mama o de útero).
Aunque algunos estudios apuntan a que las isoflavonas pueden
proteger contra ciertos cánceres, a falta de estudios más concretos, no se
recomienda su uso en mujeres con historia de cánceres o tumores hormonales.
Efectos indeseados y recomendaciones
En general, los preparados a base de isoflavonas suelen ser
muy bien tolerados, aunque a algunas personas les puede producir trastornos
gastrointestinales leves (gases, diarrea).
Debe usarse con precaución en personas con trastornos de la
coagulación y de la función tiroidea ya que pueden modificar el efecto de los
medicamentos que se utilizan para su tratamiento, por lo que en estos casos se
recomienda que consulten con su médico.
En caso de duda o si se toma medicación crónica, debe
consultarse con el médico o con el farmacéutico.
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